martes, 17 de mayo de 2011

No existen los hombres ni las mujeres sin sueños, en eso no estoy de acuerdo con Randhelz Tlizdal. Quizás escribió eso porque pensó que sus prosas poéticas eran elevadas. Tampoco los pájaros pueden llover ni las horas pueden dormir. Esas son meras abstracciones de la mente.
Pero recuerdo que una vez tuve que hacer monografías acerca de los sueños, y aunque me pareció estúpido decidí incluir al filósofo Zhuang Zi. Escribió lo siguiente: “He soñado que era una mariposa que volaba feliz de una a otra rama. Desperté y volví a ser el Zhuang Zi de todos los días. Sin embargo, no sé si era realmente Zhuang Zi que había soñado ser una mariposa, o una mariposa que estaba soñando ser Zhuang Zi”.
Para mí que ese chino deliraba. ¿Cómo puede un hombre sentirse mariposa? Gente que ha practicado yoga me ha hablado de la meditación y de los ejercicios mentales que practican con sus profesores, pero no, no es cierto; ningún ser humano puede sentirse mariposa.
Sé que Randhelz practicó control mental, él tomó de esos ejercicios mentales los textos que vendrán en la siguiente Constelación. Y aunque hay cosas que me parecen interesantes, insisto, que todo lo que escribió Randhelz no es normal.
Igualmente abriremos la Puerta II y exploraremos esos mundos mágicos.

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