jueves, 12 de mayo de 2011

LA MUCHACHITA MULTICOLOR

a Silvia
Hablar de mí es hablar de la muchachita multicolor porque en mi piel la llevo tatuada
Yo era el rocío de su corola desparramado por sus pétalos. La sembraba en la noche y por la mañana florecía.
Su alma había absorbido lluvias de tristeza. Era fácil que de sus párpados brotaran ríos de lágrimas. A veces tenía que contenerle la melancolía cuando con su llanto nadábamos por las habitaciones.
Poco a poco me transformé en una estrella que la alumbraba como a un planeta oscuro. Le iluminaba lugares secretos, le destruía tímidos muros que se había edificado. Un día descubrió adentro suyo agradables arco iris.
Hablar de mí es hablar de la muchachita multicolor porque en mi alma hay fotografías de su mirada
En todos los lugares la música de sus ojos me descubre. Su recuerdo me llega con el viento de verano, con el brotar de su mirada en mi infértil espera. No hago más que repetirla en otras mujercitas que crecen en una playa donde trotan caballos de cristal.
Y en las otras jovencitas desvanece, se hace espuma. Baila en sus perfiles de muñecas como una mariposa. Se sepulta de encantos, lejana, como un diamante azul que ya no me pertenece.
Hablar de mí es hablar de la muchachita multicolor porque mis galaxias tienen una constelación en la que se dibuja su rostro
Hubiera construido un castillo en su vientre de almendra, un océano en su sonrisa para navegarla con mis fragatas y sus velas aladas.
Me hubiese transformado en un abismo inmenso para que con su luz lo iluminara y hiciera renacer mi inocencia.
Hablar de mí es hablar de la muchachita multicolor porque mi mar tiene una isla con su nombre
Desde el día en que se fue me habita un fantasma que es capaz de seguirla entre la niebla, que la acaricia cuando está fatalmente desnuda, distraída.
Desde el día en que se fue me pongo a marchitar en un lugar sombrío, esperando a otra mujer que sea capaz de viajar por mi universo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario