“Así que para medianoche eyacularás los espermatozoides plateados”.
Ella estará esperándote en su lecho, con máscara de estrella, para ovular sus rayos azules. Móntate en su potente rayo azul. Móntate en su potente rayo. Todas las moscas esperan pasar su lengua por el eclipse que se refleja en tus ojos. Las comunidades intergalácticas giran dejando estelas sobre las siderales esculturas que navegan el espacio. Mujer serpiente, hombre dragón. Mujer clítoris de perla, Hombre pene de aluminio.
Así que para medianoche los clones plateados esperarán ansiosos su nacimiento. Para el equinoccio Cristo será crucificado con cuerpo de mujer fatal en el cielo de las pléyades. No faltarán a la transmisión los ángeles caídos. Ni los lobos que estrangulan la noche con sus aullidos mágicos.
Veremos ascender al cielo el cuerpo andrógino, comiendo carne de cerdo y bebiendo el vino rojizo de los demonios. ¿Han dejado algún sueño dormido en sus almohadas?
El espectáculo será transmitido por los satélites para toda la galaxia. Cristo Travesti es atravesado por la lanza de los lónginos en los anillos de Saturno. Cristo mujer asciende al cielo desnuda de lágrimas. Y todas las vírgenes se suicidan en Plutón.
El Eclipse es el culpable de estas alteraciones. Los reporteros preguntan impacientes a los astrólogos. Mientras otro Cristo se viste de mujer para copular con el hombre avispa.
Cantan las hadas y los gnomos entre las constelaciones doradas. Cantan las hadas y los gnomos entre las faldas de Cristo pintándose los labios.
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