jueves, 5 de mayo de 2011

FALLECIMIENTO DEL AMOR

En el útero de un reloj duerme una paloma herida.
Sueña.
Vestida de sangre sus alas se llenan de instantes tibios como un nido de pétalos de rosa.
Sus ojos, reflejan los engranajes del reloj que la está por parir. Y antes de nacer la paloma se sumerge en un mundo de cielos y soles de los que emergen castillos alados. Los senos de la amante se parten en dos al ver el sacrificio al que estamos sometidos. Mientras la paloma incrusta sus ojos en el mundo, y su arrullo de lumbre trata de purificar las zonas más oscuras del alma humana la podredumbre diaria la contamina. Y el nacimiento de la paz nace abortado. El cadáver del animal trata de nacer inútilmente. En sus alas; sangre. En su pico; sangre. En mi casa; sangre.
Entretanto el tiempo engendra nuevos símbolos de humanidad en los úteros de los relojes del mundo.
Inútil, inútil pretender que todo instante sea amor.

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