jueves, 12 de mayo de 2011

LA MENSTRUASOLES

La Menstruasoles vive en la selva. Es una mujer alta. Sus pies son tan largos que sus huellas quedan marcadas en el suelo por varios días. Su piel negra se mimetiza con la oscuridad que derrama la noche sobre el follaje. Por la vagina menstrúa astros pequeñitos que vuelan, se posan en las ramas. Los núcleos de esas esferas brillantes nutren las raíces de los árboles. Llevan dentro de ellos almas, que serán los futuros egos invisibles de los troncos y su savia de plata.
Usa collares de cobre y aros que le deforman las orejas. Nunca se viste, es como una sombra que el viento puede orientar a cualquier parte. Sus pasos son largos y cuando corre, ningún animal puede alcanzarla.
Con sus garras puede matar a cualquier bestia. Su sonrisa despide intermitentemente estrellas que pueden revivir a las flores marchitas. Las mariposas vuelan alrededor de su cuerpo y de su cuello pende un talismán sagrado.
No es humana, es un espíritu que aparece para beneficio de la Madre Naturaleza. O en definitiva para hacer que las palabras de los hombres que han sido testigos de su existencia, la adoren como a una divinidad suprema. Una divinidad telúrica que nunca podrá ser masculina.

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