lunes, 16 de mayo de 2011

EDIFICIOS

Los edificios vuelan recostados en el cielo como si fuesen nubes. Pero yo te adoro Princesa de los Colibríes. Vamos con nuestros ojos pegados a la tv. en una habitación y observamos la tierra inundada desde lo alto. Los propulsores de nuestro rascacielos echan bocanadas de fuego como si fueran dragones, y el sol nos salpica con sus rayos burbujeantes. Oh, mi Princesa, ¿sabías que en tu cabellera hay pájaros que desnudan tu belleza?
Desde la ventana saludamos a los edificios vecinos. Sus reactores son como de fuegos artificiales encendidos. El satélite se acerca con sus antenas y registra los libros secretos que tenemos en un cajón.
No tengas miedo mi amor, vamos a dirigir nuestro rascacielos al espacio, allí no nos acusarán.
Tus labios empañados despiden su magnífica baba diabólica. Hoy esperaremos a nuestros reptiles, que vendrán del quinto piso a estamparse en la alfombra roja.
Dios desparramado en tu pelo.
Dios en tu cabellera de mimbre.
Dios en un enjambre de libélulas.
Hoy en día la vida está muy cara, pero la Princesa de los Colibríes y yo hemos robado este rascacielos. Para nacer del estiércol todos los días. Todos los días en que el amor es brillante.

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