martes, 10 de mayo de 2011

AMARILLA

                                                                                                                      
Como ríos de leche y esperma brillante que atraviesan la sombra de la noche cristalina, son las venas luminosas de tus ojos, Amarilla. Esos, los de ti gata siamesa. Inmensos como un mundo de esferas de cristal que vuelan, hacia un bosque donde todo puede suceder.
Lejos de ese lugar tú eres la única sacerdotisa de mi alma. Vestida de negro y con tu cabellera rubia fundas imperios que crecen hasta desintegrarse. Llenas de estrellas mi sublime mar perlado. O te conviertes en el tigre temeroso que atraviesa mi espíritu, como si atravesara una selva de ángeles guerreros.
Y los magos me dijeron: –Tienes otras visiones de Amarilla hermosa.
“Colgada de un rayo de sol. Colgada de la luna y de las margaritas. Hamacándote en mis piernas y mirando mis ojos de lobo oscuro cuando tu pelo se hace negro. Como todo lo tenebroso que existe en el universo. Como una rosa gigante crecida en el mar de mi vientre y convertida en un espectro de hielo”
Y los magos agregaron: —Cada noche con ella, será más y más apasionada.
Entonces te penetré eléctrica. Los ríos de leche y esperma fluyeron hasta salpicar el mar de tu boca, Amarilla. Atentos, escuchamos la música multicolor y dijimos adiós a la vida por un tiempo. No tuvimos necesidad de nada ni de nadie, sólo de amarnos.
Después de estar saciados volvimos y todos, te alucinaron.

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