jueves, 12 de mayo de 2011

ELLA, ELLA, ELLA, ELLA, ELLA, ELLA, ELLA....


a Carina Catelli
Ella se divide en dos, en tres, en cuatro, en millones de mujeres iguales a ella misma. Nace de los espejos, de los remolinos del agua, de los granos de la arena infinita. Se multiplica en los bosques, en los mares que solamente habita su rostro. En las montañas, en los ríos y en los campos frutales.
Se multiplica en los jardines, en los pétalos de las margaritas, en las calles de la ciudad, en los cines y en los teatros.
Nacida de los rosales, nacida del brillo del sol, nacida de los relojes.
Invade la Luna, invade Marte, invade el Sistema Solar, invade el Universo.
Montada en un cóndor, montada en un tigre, montada en un cometa.
Con rostro de estrella, con rostro selvático, con rostro de muñeca.
Como una alondra, como un meteorito, como una luz intensa que beben mis ojos.
Ella crece en mi mano hasta hacerse gigante y llevarme colgado de un aro incrustado en sus pezones.
Colgado de sus cabellos.
Colgado de uno de sus botones.
Con olor a sexo, con olor a hechizo, con olor salvaje.
Para experimentar amor, para experimentar celos, para experimentar ternura.
Ella se sumerge en la niebla, camina por las grutas de lava, para que yo la bese en las cornisas del jadeo.
Subida a un auto, subida a los árboles, subida a las terrazas de los palacios.
Fijada en los cuadros, fijada en las fotografías, fijada en un azul pornográfico.
Intentando ser libre, intentando parecerse a la espuma del océano, intentando besar mis labios que la esperan impaciente.
Ella se divide en ella, ella,e

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